Autora: Paula Hidalgo Andrade
¿Eres una persona cuidadora? Pues déjame decirte que admiro tu labor. Cuidar de un ser querido, sea un hijo, una madre, un vecino, una hermana… es de valientes. Cuidar puede percibirse como una misión, una obligación, una expectativa. En realidad, cuidar es una decisión que se toma cada día y se asume con una gran responsabilidad. Cuidar a alguien tiene sus altos y bajos y me recuerdan a parte de “Estados de Ánimo” de Mario Benedetti:
Unas veces me siento
como pobre colina
y otras como montaña
de cumbres repetidas.
Unas veces me siento
como un acantilado
y en otras como un cielo
azul pero lejano.
A veces uno es
manantial entre rocas
y otras veces un árbol
con las últimas hojas (…)
Definitivamente, cuidar es una tarea que viene acompañada de muchas horas de dedicación, amor, frustraciones y alegrías. Sin dejar de lado todo el tiempo que debe invertirse en aprender a cómo cuidar mejor.
Como cuidadores, tendemos a poner toda nuestra atención en el otro, en la persona a quien cuidamos o atendemos. Sin embargo, recuerda que es importante mirarte, reconocerte, escucharte y cuidar de ti mismo para realizar una mejor labor.
Tal vez ha pasado ya un tiempo sin haberte escuchado. Nunca es tarde para hacerlo. Te dejo algunas preguntas para que empieces otra vez ¿cómo me siento conmigo misma?, ¿cómo me quiero sentir?, ¿estoy siendo quien me gustaría ser?, ¿cómo expreso mis emociones?, ¿cómo cuido mis vínculos y mis relaciones?, ¿qué estoy haciendo con esto que me ocurre hoy?
Recuerda cuidarte también.
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